Hornear galletas puede parecer una tarea fácil, pero hay muchos detalles que pueden hacer la diferencia entre una galleta perfecta y una que desearías no haber hecho. En este artículo, te revelaremos los tres errores más comunes que cometemos al preparar galletas y te daremos las claves para solucionarlos.
Error 1: Usar ingredientes a la temperatura equivocada
El primer error común es usar ingredientes que están a la temperatura equivocada. Para hornear galletas perfectas, tanto los huevos como la mantequilla deben estar a temperatura ambiente. Esto se debe a que los ingredientes a temperatura ambiente se mezclan y se incorporan mejor, dando lugar a una masa más homogénea.
Si tus galletas están quedando duras o muy planas, este puede ser el problema. La solución es sencilla: saca los ingredientes del refrigerador un par de horas antes de empezar a hornear.
Error 2: Medir los ingredientes incorrectamente
El segundo error es medir los ingredientes de manera incorrecta. La repostería es una ciencia exacta, y una pequeña variación en la cantidad de un ingrediente puede cambiar drásticamente el resultado final.
Esto es especialmente importante en el caso del azúcar y la harina. Para medirlos correctamente, debes usar tazas de medición y nivelarlas con un cuchillo, en lugar de simplemente verter el ingrediente hasta que la taza esté llena.
Error 3: No dejar suficiente espacio entre las galletas
El tercer error es no dejar suficiente espacio entre las galletas en la bandeja del horno. Si las galletas están muy juntas, se fusionarán durante el horneado y obtendrás una gran galleta en lugar de varias pequeñas.
Para evitar esto, debes dejar al menos 5 cm de espacio entre cada galleta. Recuerda que las galletas se expandirán durante el horneado, así que dales espacio para crecer.
Aquí te dejo una tabla resumen con los errores y sus soluciones:
¡Ahora que conoces los errores más comunes y cómo solucionarlos, estás listo para hornear las galletas perfectas! Recuerda, la práctica hace al maestro. Así que no te desanimes si tus primeras galletas no son perfectas.
